Un mega operativo de la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional (Dirandro) sacudió este fin de semana la provincia del Putumayo, en Loreto. La acción tuvo lugar en la comunidad nativa de Santa Rosa de Escalante, en el distrito de Manuel Clavero, donde se logró un duro golpe al narcotráfico: la destrucción de siete laboratorios de procesamiento de droga, 8,425 kg de sulfato de cocaína líquida, más de 9,200 kg de insumos químicos, tres centros de acopio, además de la incautación de dos escopetas y más de 100 municiones.
Pero el hecho no solo revela la dimensión del narcotráfico en la frontera norte de Loreto. También expone una realidad que muchas veces se oculta o se silencia: que, en zonas remotas como el Putumayo, la presencia del Estado es casi nula, mientras que en cambio florecen economías ilegales bajo el manto de “zonas liberadas”, protegidas por supuestas ONG ambientalistas o “defensoras de pueblos indígenas” que en la práctica bloquean todo tipo de intervención. Se ha denunciado que algunas de estas organizaciones cobrarían cuotas por permitir la siembra de coca o el uso del territorio para el procesamiento de droga. Las autoridades, según distintas versiones, estarían al tanto, pero prefieren mirar hacia otro lado.
Loreto es la región más extensa del país, y sin embargo sus territorios amazónicos —como el Putumayo— no pueden ser recorridos libremente por las fuerzas del orden ni por el Estado. Las zonas PIACI, declaradas como territorios con presencia de pueblos indígenas en aislamiento, han terminado siendo utilizadas como excusa para impedir el control territorial, sin que hasta hoy exista evidencia científica concluyente que valide cada una de esas declaratorias.
En lugar de proyectos de desarrollo, conectividad o producción sostenible, lo que siguen llegando son noticias de decomisos, droga y abandono. La destrucción de estos laboratorios es un triunfo momentáneo, pero también una muestra clara de que mientras no se recupere el control efectivo del territorio, el narcotráfico seguirá operando impunemente bajo el silencio de muchos.